La virtualidad y la transparencia de los cuerpos legislativos de todo el mundo son mirados con lupa frente al COVID-19. Les ofrecemos un recorrido por las respuestas parlamentarias de diferentes países en el contexto de pandemia.
Sin lugar a dudas, estamos viviendo una situación totalmente atípica y que ha arrasado todo, afectando también a nuestras instituciones democráticas. El viernes 8 de mayo estuvimos presentes en el webinar organizado por la Fundación Directorio Legislativo, para analizar junto a expertos la situación parlamentaria en diferentes países y como éstos respondieron frente al confinamiento desde sus cuerpos legislativos.
La pandemia obligó a tomar medidas que en otro contexto hubiéramos debatido o analizado con mayor detenimiento. Se observaron situaciones excepcionales como sesiones parlamentarias a distancia en diferentes países, mientras que en otros casos les ha costado este tipo de “acercamiento” y siguen evaluando la forma de llegar a la digitalización para poder sesionar. Otra situación fue la restricción de sus agendas únicamente a cuestiones de la emergencia, dejando de lado diversos temas de interés que se venían tratando.
Un papel muy importante ha tenido la Unión Interparlamentaria (institución que trabaja para fomentar la cooperación de los parlamentos entre sí), quien se ocupó de resumir diferentes formas de trabajo legislativo remoto y ofreciendo su asesoría a los países, como así también lo hizo Directorio Legislativo para la región latinoamericana. Aquí les compartimos algunas de ellas.
El caso de Canadá
Podríamos decir que buenas noticias llegan desde este país: el parlamento canadiense está funcionando con normalidad, ya sea interpelando a secretarios y ministros, teniendo reuniones de comisiones, como así también atendiendo todos los asuntos que refieran a la emergencia, discutiendo soluciones para los individuos y para el sector comercial e industrial.
El punto a destacar es el importante rol que está jugando el área de transparencia pública del parlamento. El mismo actúa con celeridad y eficacia organizando toda la actividad legislativa de manera virtual. Cabe aclarar que muchas de sus actividades ya se desplegaban virtualmente previas al confinamiento, y que luego se sumaron casi la totalidad de las mismas, principalmente las sesiones a distancia.
Otro punto destacar es que reciben directamente desde la ciudadanía sus problemas, sus propuestas y también mantienen reuniones con legisladores vía zoom o Skype. Toda la información la suben inmediatamente a la web oficial con los protocolos de transparencia, es decir, la información es reutilizable y está disponible.
La virtualidad de la totalidad de las actividades de este parlamento supuso algunas complicaciones, sobre todo para aquellos legisladores que viven en regiones cuya velocidad de internet es lenta y esto trajo como consecuencia problemas con los interpretes (recordemos que los idiomas oficiales en Canadá son el inglés y el francés); sus exposiciones se entrecortaban o directamente perdían señal.
Si bien hay fecha de regreso a las sesiones presenciales para finales de Mayo, aún mantienen reuniones organizativas para continuar virtualmente.
El caso de España
El caso español es similar al de Canadá. Mucha de su actividad con dispositivos electrónicos y de acceso a la información pública, ha sido utilizada desde años atrás para situaciones puntuales como ausencias por enfermedad. Por lo tanto, al momento de la pandemia no tuvieron grandes dificultades para continuar con sus labores adaptándolas a todos los parlamentarios. Gracias a estas previsiones puntuales, pudieron hacer frente al confinamiento con sus dispositivos electrónicos seguros.
Desde el 13 de marzo, fecha en la cual el país entró en el confinamiento, suspendieron actividades parlamentarias por 15 días. Luego, con la serie de renovaciones que el Ejecutivo ordenó para continuar con el confinamiento como dispone su Constitución Nacional, sesionaron virtualmente avalando las decisiones del Primer Ministro, convocaron a Ministros a dar explicaciones y sesionar diferentes leyes relativas a la emergencia.
Un aspecto económico positivo, es que desde que comenzó el confinamiento el Parlamento pudo generar ahorros y con eso destinarlo al sistema de salud. Cabe destacar, el gobierno central creó un comité de reconstrucción económica y social con miembros de la oposición para pensar en una salida al confinamiento lo más beneficiosa posible para toda la población.
El caso de Brasil
Brasil no ha quedado exento ni de la pandemia ni de los desafíos de la digitalización parlamentaria. Si bien ha sido uno de los primeros países en Latinoamérica que logró sesionar virtualmente, luego de decretarse el estado de alerta nacional, los parlamentarios del país vecino no dejan de expresar sus preocupaciones frente a las dificultades operativas que atraviesan, ya sea por falta de personal o por falta de recursos económicos.
En cuanto a la labor parlamentaria, lograron crear una app de uso exclusivo para que sus congresistas puedan filmarse al momento de la sesión, dar quorum y votar. Las transmisiones a la ciudadanía permanecen en el mismo estado previo a la pandemia, aunque en este contexto se difunden por canales separados a la organización interna con los legisladores. Si bien habían logrado crear ese dispositivo interno, tuvieron problemas de conexión los primeros días de confinamiento por la saturación en las redes a nivel mundial.
El caso de Argentina
En nuestro país, al momento del confinamiento a mediados de marzo el Congreso ya había iniciado con sus sesiones ordinarias presenciales, pero la cuarentena obligó a suspender sus actividades. El 14 de abril, la Presidenta del Senado, Cristina Kirchner, solicitó autorización a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para poder sesionar online y utilizar software generado por la Empresa Argentina de soluciones Satelitales S.A (ARSAT). A partir de entonces, ambas cámaras emitieron resoluciones para poder sesionar de manera virtual, y adaptar los procedimientos típicos parlamentarios de modo digital.
Se espera que el 13 de mayo con temario acordado en ambas Cámaras y con la mayoría de los legisladores trabajando a distancia, el Parlamento volverá a funcionar en toda su dimensión.
Para seguir pensando
Resulta evidente que nos encontramos frente al acto de resiliencia parlamentaria más grande de la historia de las democracias del mundo. Si bien la mayoría de los Congresos analizados ya venían con trabajos de digitalización y de participación ciudadana, en líneas generales frente a esta emergencia supieron superarse. Si bien Argentina avanzó durante este contexto y esta semana comenzarán las sesiones a distancia, aún le quedan desafíos a sortear para ponerse en marcha al 100%, luego de la declaración de emergencia sanitaria a mediados de marzo.
Internet irrumpe como un desafío. Es innegable su utilidad, pero comienzan a surgir interrogantes y problemas. Sin importar en qué parte del mundo nos encontremos, se observan dificultades con la conectividad, la velocidad y también con los alcances ya que una buena parte de la ciudadanía no cuenta con medios digitales para poder participar. Esto implica que aún en 2020 estamos frente a una Internet que no es ni inclusiva ni accesible.
Nuestra forma de relacionarnos y vincularnos está cambiando y, por lo tanto, muchas costumbres legislativas también se verán afectadas. Quizás sea posible combinar ambas formas de trabajo legislativo (virtual y presencial) cuando la emergencia cese y volvamos a la normalidad. Sólo con el transcurrir del tiempo lo sabremos.
Las instituciones democráticas deben funcionar hoy en día mejor que nunca. Su servicio es esencial frente a esta emergencia y deberán encarar un rol protagónico frente a la reapertura de cada país, consensuando entre todos los partidos políticos que los integran. Es una oportunidad de consolidar la confianza con la ciudadanía, transparentando y ampliando las actividades de cara a las comunidades.
José Martinez.
*Fuentes:
- The Challenge of Parliaments de Directorio Legislativo
- Webinar: Parliaments and Pandemics: Going virtual and staying open in the COVID-19 age